TEJER CACHEMIR, UNA TÉCNICA ANCESTRAL
La confección de una pashmina, famosas por su calidad y suavidad única, requiere paciencia y dedicación, además de un savoir-faire ancestral que involucra a muchos artesanos. Las mujeres son las que hilan a mano la fibra de cachemira con una rueca de hilar. Después estos hilos serán tejidos por artesanos en un telar artesanal tal y como se viene haciendo desde hace siglos.
UN REGALO ÚNICO
Atributo de los emperadores Mogoles, la pashmina ha arropado a lo largo de los siglos a la nobleza India e Iraní, aristócratas británicos y hasta a la Emperatriz Josefina de Francia.
Sus propiedades excepcionales, su ligereza y suavidad, han hecho de la pashmina de cachemir uno de los complementos más preciados, exportándose al mundo entero.
Hoy en día sigue siendo el regalo perfecto. Una prenda única y exclusiva que siempre sorprende y con la que sin duda acertarás.
UN CACHEMIR CON CALIDAD EXCEPCIONAL
En las cumbres áridas de Ladakh, viven los nómadas Changpas y pastan sus cabras Chyangras. Del pelaje de estas cabras se consigue la fibra de cachemira de calidad suprema, el pashm, que se usa para elaborar los pañuelos más finos del mundo.
La vida de los Changpa está íntimamente ligada a la de sus animales, cabras, ovejas y yaks. Además de ser su principal fuente de sustento, sus rebaños tienen para ellos un gran significado, tanto ritual como espiritual.
FINURA Y PESO PLUMA
Con unos 100 gramos de peso aproximado, además de sus propiedades térmicas, una de las características de una pashmina auténtica es su extrema ligereza. La finura de su cachemira es tal que una estola puede pasar por el interior de un anillo y seguir protegiendo del frío en invierno.
